La nieve es algo que me entusiasma, tal vez sea porque he tenido pocas oportunidades de disfrutarla, así que cuando a principios de Enero hubo fuertes nevadas aproveché la tarde del viernes y la mañana del sábado para ir a Urkiola.

Me sorprendió la cantidad de nieve que había, y acerté en ir a Urkiola, porque en el Gorbea las pistas estaban impracticables según me contó un amigo.

Me sorprendió que todavía hubiera hayas que conservaran las hojas, de un rojo intenso, queriendo contrastar con la blanca nieve. En esta toma tenía las ramas muy cerca de la cámara, por lo que opté por un diafragma cerrado (el f/11 daba más nitidez que el f/16...probadlo) y clavé el foco en las ramas, ya que de lo contrario hubieran salido desenfocadas, y de esta manera todo está a foco.



Canon 30d, Canon 17-40mm. (a 21mm. f/11 y 1/3segundos), y trípode.

Al lado de este hayedo bajaba un riachuelo. La luz había caído mucho, pero quería intentar una toma con agua. Me hubiera gustado encuadrar desde el cauce, pero no tenía angular suficiente, así que opté por un encuadre clásico, los árboles en la parte superior y el río saliendo por uno de los vértices.



Canon 30d, Canon 17-40mm. (a 17mm. f/11 y 0.6segundos), y trípode.

Una foto que siempre había querido hacer era los típicos troncos en diferentes planos focales...pero el resultado no me acabó de convencer, tal vez sea por la sensación que dan los matojos del suelo.
Me gustó que justo en ese lugar tuve un momento de luz cálida del atardecer, que hizo que algunos troncos tuvieran una dominante amarillenta....lástima que llegué en ese preciso momento y duró tan poco que en las dos primeras fotos quemé la nieve, y en esas se apreciaba realmente...



Canon 30d, Canon 17-40mm. (a 27mm. f/16 y 1/5segundos), y trípode.

De camino a la cima del Urkiolamendi, justo cuando al comenzar la subida me sorprendió en el horizonte un pequeño árbol solitario, en medio de la nada. Me transmitía melancolía, tristeza, soledad, e intenté captar esas sensaciones.
Y ahora, decidme tenéis un solo elemento...¿qué hacéis con él? Claro, utilizar la regla de composición de los tercios, y poner el elemento en la derecha o la izquierda.
Pues no, las reglas están para romperlas y opté por centrarlo (no está del todo centrado, fijaos) porque de esta manera compensé la línea decreciente del horizonte, ya que sino hubiera resultado una foto descompensada.



Canon 30d, Canon 17-40mm. (a 40mm. f/16 y 1/30segundos), y trípode.

Antes de llegar arriba hubo un momento de poca visibilidad, y me encantó ver un grupo de árboles en la ladera, entre la niebla. Me llamó la atención la forma de los árboles, que me evocó la imagen de un padre defendiendo a sus hijos.



Canon 30d, Canon 17-40mm. (a 29mm. f/11 y 1/100segundos), y trípode.

Al llegar a la cima, se despejó el cielo y nos dejó hacer una foto con el buzón. El Amboto estaba totalmente cubierto de nubes bajas y niebla, pero hubo un instante que se dio la salida del sol y la cima despejada...dos fotos, eso duró.



Canon 30d, Canon 17-40mm. (a 17mm. f/11 y 1/160segundos), degradado, trípode, y la gorra de un chavalín en el buzón! :-D

Cuando bajamos, estaba muy cerrado y al pasar por un riachuelo lleno de nieve me acerqué a intentar de nuevo una toma con el río.
Había mucha nieve y la ausencia de primeros planos hacía la foto muy plana. Opté por un punto de vista bajo que dejara entrever la textura de la nieve, y como los árboles no era muy espectaculares, le di toda la importancia al río, aprovechando esa pequeña curca y esa piedra compensé toda la fuerza de la parte superior.
Es posible que un polarizador hubiera venido bien, pero esta vez quería incluir el reflejo de las copas e incluirlas en la fotografía, dando más riqueza a la composición.



Canon 30d, Canon 17-40mm. (a 17mm. f/16 y 1/8segundos), y trípode.